Vamos de vuelta al blues. A pesar de que no es de los blueseros más recordados la vida y obra del señor
Dupree da para hacer, como mínimo, una película. Nació en 1910 y tras perder a sus padres a temprana edad pasó sus primeros años en el mismo orfanato de
Nueva Orleans en que 10 años antes estuvo
Louis Armstrong. Allí al igual que él aprendió los fundamentos del piano de manera casi autodidacta. A los 14 se piró de allí pero tras vivir un tiempo en la calle fue semi-adoptado por la madre de un amigo, que se convirtió en la madre que él mismo nunca tuvo. Durante esa época siguió cantando en cuanta esquina y bar se le puso a tiro pero, en un extraño giro del destino, sobre todo para un pianista, inició una prometedora carrera como boxeador, disciplina en la que llegó a participar en 107 combates, sufriendo tan sólo 2 knock outs. El apodo de
Champion Jack le viene de esta época pues llegó a ganar varios campeonatos. Continuó pateándose el país como
músico y
boxeador casi nómada hasta que se asentó en
Chicago en 1940, donde comenzó su carrera discográfica grabando varios singles para sellos locales. Además seguía tocando allá donde podía y haciéndose un nombre en la escena de la ciudad donde empezó a ser reconocido por su particular mezcla de blues y comedia. Sus letras contaban historias personales y retrataban la vida en la que estaba inmerso, noche, alcohol, drogas, prostitutas... pero todo como os digo con mucho sentido del humor. Más tarde recaló en Nueva York.
En otro giro más del destino fue reclutado para combatir en la
Segunda Guerra Mundial, lo que interrumpió su carrera hasta 1945, cuando vuelve a grabar con regularidad. Su época de mayor apogeo y en la que se centra este recopilatorio se produjo entre mediados de la década de 1950 y principios de los 60s cuando se hizo aompañar de músicos tan insignes como
Papa Lightfoot,
King Curtis o
Mickey Baker, aunque ya había grabado también con
Brownie McGhee y
Sonny Terry. A finales de los 60 grabó unas fantásticas sesiones en
Blue Horizon en las que participaron desde
Eric Clapton o
Paul Kossoff a
Simon Kirke,
John Mayall o
Mick Taylor, todos acompañando al maestro de las 88 teclas. A partir de la década siguiente y hasta finales de los 80 se vino a vivir, como tantos otros músicos de blues, a
Europa, donde fue querido y admirado como pocos, aunque siguió haciendo incursiones puntuales en
Estados Unidos. Hay que decir que además de todo lo contado también fue hasta sus últimos días cocinero profesional, profesión que le dió de comer (nunca mejor dicho) en los momentos de mayor apuro económico, aunque grabó hasta casi sus últimos días. Murió en 1992 en
Hannover (Alemania) debido a un cáncer. Mítico!
Vuelvo a la actividad bloguera tras unos días dedicado a menesteres más mundanos, y vuelvo con un recopilatorio de los mejores temas de P.F. Sloan durante su estancia en Dunhill Records, donde compuso innumerables éxitos para otros artistas, además de cosechar una tímida carrera en solitario. Como digo muchos de sus temas han sido popularizados por otros artistas, pero es en la interpretación de Sloan que adquieren su verdadera dimensión. "Sins of the family", "Eve of destruction", "Halloween Mary" o "Ain't no way I'm gonna change my mind" son algunas de las canciones de fantásticas letras que salieron de su cabecita, a veces en compañía de su socio Steve Barri. Pop-rock, folk y rollito sixties para un disco maravilloso. El que no lo conozca aquí tiene una buena ración servida en lujosa presentación de inmerorable contenido. Que ustedes lo disfruten. 
¿Quieres más?:
