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2005. Este es uno de esos grupos que de primeras te descolocan. Luego, tras esa primera escucha desconcertante, los tienes que volver a poner y, cuando te quieres dar cuenta, estás enganchado a la banda.
Black Mountain nace en 2004 con la unión espontánea y sin pretensiones de varios músicos procedentes de otras bandas del área de Vancouver, Canadá. Por lo visto ensayaban en el mismo lugar con sus respectivos grupos y coincidían en gustos y lugares. Una cosa llevó a la otra y les dio por crear una especie de colectivo (Black Mountain Army) del que han nacido, además de Black Mountain, tropecientas bandas como Pink Mountaintops, Blood Meridian, Jerk With A Bomb y Lightning Lust, entre otras. De hecho varios de los componentes de Black Mountain militan también en los grupos citados. Vamos, que son creativos los tipos.
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En este debut homónimo de Black Mountain nos encontramos un disco eminentemente de rock psicodélico, con bastantes trallazos hard-rockeros y cierta querencia indie. Todo mezclado y bien pasado por la picadora... :)
A pesar del rollo así como comunal que parece tener la banda, lo cierto es que tienen un líder claro en Stephen McBean, guitarrista, cantante y autor de todos los temas. A destacar también el sello femenino de Amber Webber, fantástico contrapunto en las labores vocales y una de las señas de identidad de Black Mountain. Tremendas "Don't run our hearts around" o "Druganaut", por citar alguna, porque cada tema es de su padre y de su madre y todo me parece aprovechable.
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